<

26-4-2019, 18:12 h. - ID. 25
k-ant
Hola Letamendi.
Ante todo pedirte disculpas por aconsejarte opciones para distribuir tu obra, tú sabes mejor que nadie lo que pretendes con ella y decidir su destino es cosa tuya, lo he hecho porque para mí es una necesidad comunicar mi trabajo de algún modo y la opción de modular la intensidad de los contenidos para hacerlos más agradables en mi caso la veo viable, de hecho lo hago continuamente, buscando como antes te comenté el difícil equilibrio entre la dureza de lo que trato de decir y la dulzura de las formas que hacen más aceptables los contenidos, a pesar de que esa edulcoración termina disfrazando y perdiendo de vista lo que trato de decir, eso que tú llamas acertadamente lo limpio y lo pulido que se impone a la reflexión, es lo que en el libro "Demagogia y propaganda en Arte según Antonio Ortega" (en el apartado bibliografía puedes leerlo) detecta que está sucediendo en prácticamente todas las instituciones del mundo: Los directores de arte de esos centros que crean colecciones que buscan incitar la reflexión en el espectador terminan siendo sustituídos por los que trabajan con colecciones meramente objetuales. Es lo que el público demanda, cosas bonitas y de moda, las que tienen más "Likes". Debemos aceptar que esa es la tendencia del Arte actual, objetos descontextualizados y liberados de todo compromiso.
El debate que estamos teniendo tú y yo aquí es una excepción a esa tendencia inevitable, la reflexión no está de moda. ¿Por qué? Porque lo impone la autoridad artística. Porque el mundo está basado en la aceptación de modelos de perfección que no admiten crítica, ya que están creados para que los aceptemos por el principio de autoridad vertical, desde arriba hacia abajo y la autoridad es la legitimación de estos contenidos y del sistema vertical. Yo no he conocido nunca otro sistema diferente ni lo he visto jamás en la historia del ser humano, ya que los modelos de perfección cambian y son sustituídos por otros de diferente color, pero el principio de autoridad vertical se mantiene.
Que conste que yo acepto y respeto la autoridad, tanto en la sociedad como en el Arte. Ni la discuto ni la cuestiono. No te puedo decir qué buscan todos los artistas con el Arte, pero te puedo decir lo que yo he encontrado: una excepcional y minúscula ventana en la que se me permite la comunicación horizontal y reflexionar y observar las cualidades tan especiales de posee este Arte. En ningún otro área de la sociedad puedo hacer esto, ya que cada tema tiene ya sus voces autorizadas que copan la comunicación, siempre de arriba hacia abajo y siempre reafirmando (cuando no aplaudiendo) el modelo que les ha conferido la autoridad. No hay sitio para que una voz sin autoridad como la mía enumere, describa y observe las cualidades del modelo establecido, entonces, para mí, son perfectos y no admiten crítica.
Pero eso no sucede del todo así en el Arte, que nos permite mantener esa pequeña ventana abierta a la indeterminación, la mentira artística (no la verdad absoluta del mundo real) con propósitos artísticos convive con la incertidumbre de lo nuevo. El Arte espera lo nuevo, los artistas buscamos la novedad, aunque de diferentes formas porque las fronteras del arte se han expandido a los objetos cotidianos y exóticos, nada nos sorprende en el Arte. Esta actitud expectante es la que me ha permitido crear este experimento de comunicación con el que estamos compartiendo ideas, no imponiéndolas, pues aquí somos todos/as iguales para aportar y comentar todos estos contenidos como os parezca oportuno.
De todos los contenidos que he descubierto que merecen la pena ser expresados y comunicados con este Arte el más interesante que he encontrado hasta ahora es éste: Tú (yo, en mi caso). Lo descubrí escribiendo "¿Ha muerto el Arte", antes pensaba que el YO se expresa en todo lo que hacemos, pero no es así, lo que expresamos es una manifestación del modelo que nos han enseñado, ese modelo de perfección fuera del cual no existe nada, ni siquiera YO.
¿Cómo me dí cuenta de la existencia de este YO? Está presente la mirada propia con la que observamos el mundo que nos rodea, por eso cuando explicamos el mundo tal y como nosotros lo vemos ésta representación resulta extraña para el modelo de comunicación social que hemos aceptado y nos han enseñado. Por eso, en mi camino de conocimiento del Arte, con vuestras aportaciones, lo que estoy haciendo es comunicar también mi punto de vista, mi YO, y con vuestras intervenciones vamos descubriendo los tejidos que forman esta realidad del Arte tal y como nosotros/as lo vemos, esta mirada compartida es para mí un camino de autoconocimiento.
No aspiro a observar con mi mirada nada más allá del Arte.
un abrazo